Laura demuetsra que la discapacidad no es un obstáculo ni para graduarse ni para emprender
Publicado por Ruta N -Ni el Síndrome de Down, ni la falta de acceso a la educación inclusiva, ni la pandemia pudieron impedir que Laura Zapata cumpliera su sueño de convertirse en chef. Hoy, es una de las nuevas graduadas de la Técnica laboral de Cocina y Pastelería de la Escuela de Gastronomía Mariano Moreno, y parte del 15% de mujeres con discapacidad que accede a la educación superior en Colombia, según la Encuesta de Calidad de Vida del DANE (2020).
Laura Zapata Ortega nació con algunas complicaciones de salud. Los médicos le daban pocas expectativas de vida, pero se equivocaron: hoy tiene 29 años, está recién graduada, trabajó en la cocina del hotel San Fernando Plaza, tiene su propio emprendimiento –Lauracate, en el que hace productos a base de aguacate - y va con toda a abrir su propio restaurante.
Ese viaje inició gracias a la tenacidad y la visión de Diana Ortega, su mamá, quien, siendo cabeza de su hogar y con un trabajo a tiempo completo como geóloga, se dedicó a trazar un proceso de desarrollo respetuoso y consciente para su hija, con el que pudiera alcanzar competencias que le permitieran llegar a ser una adulta autónoma.
El paso decisivo llegó cuando Laura cumplió 18. La pasión que la llevaba desde pequeña a pasar pasaba horas viendo programas de cocina y un taller que hizo con su mamá, “La pizza de la vida”, la ayudaron a decidir: "yo quiero tener mi negocio y no trabajar para nadie”, dijo, y el 1 de mayo del 2016 hizo su primer producto de aguacate para la venta.
“Nosotras no teníamos vena de emprendedoras, o por lo menos no lo sabíamos (...) Empezamos sin saber nada de los procesos, de la gestión... a mí lo único que me importaba era darle a ella la oportunidad de hacer lo que quería y yo decía “como sea los vamos a vender y en el camino vamos aprendiendo”, cuenta Diana.
Cuando quisieron dar un paso más en su aprendizaje y formalizar su experiencia como cocinera, encontraron la Escuela de Gastronomía Mariano Moreno de Medellín y a Pilar, la mentora que las recibió con los brazos abiertos.
Hoy, Laura lo dice con orgullo: “estoy feliz y contenta de que por fin me gradué, mi pasión es cocinar y ser una chef de mi propio restaurante".
Así es el panorama educativo y laboral para las personas con discapacidad
“Sabemos que la educación es una forma que la sociedad alienta para que los individuos vayamos creciendo, pero en la medida en la que dejemos por fuera algunos individuos de esa escala de crecimiento vamos a tener una sociedad inequitativa y desigual, como la que tenemos hoy en día”, expresa Rocío Arango profesional de los proyectos de Emprendimiento e Innovación Social de Ruta N.
Esta inequidad se ve reflejada en las cifras compartidas por el DANE en abril del 2022, en su “Estado actual de la medición de la discapacidad en Colombia”. Según este, el 16,2% de las personas en situación de discapacidad no tiene ningún nivel educativo, frente al 2,6% de las personas sin discapacidad, y las principales razones por las que no asistieron a instituciones educativas son la enfermedad, la falta de dinero o la necesidad de una atención especial.
Esto, naturalmente, se corresponde con las cifras de participación y ocupación laboral en el país, que demuestran además como la brecha de género afecta enormemente a esta población: del 74,6% de mujeres con discapacidad registradas en el informe que no están completamente inhabilitadas para trabajar, solo el 16,9% lo estaba haciendo. Y de estas, el 46,1% realizó oficios del hogar, el 96,8% recibió ingresos como empleada doméstica y el 67,9% trabajó sin remuneración.
“Poder tener programas de educación formal y no formal de forma inclusiva para todos y todas nos va a permitir que en el tiempo tengamos mecanismos para que todas las personas evolucionemos, crezcamos y tengamos un mejoramiento en la calidad de vida a través del conocimiento”, concluye Rocío.
Ruta N está comprometida con ayudar a cerrar las brechas de inequidad a través de la Ciencia, la Tecnología y la innovación, con proyectos de emprendimiento e innovación social o programas como el Laboratorio de Innovación. En este participaron Laura y Diana, y allí fortalecieron el modelo de negocio de Lauracate y están pensando en crear una escuela que ayude a hacer realidad las ideas de negocio de otras personas con discapacidad.