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“Siembra tecnología, cosecha oportunidades”

“Siembra tecnología, cosecha oportunidades”
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— “Profe es que nosotros nos vamos a dedicar a la programación una vez nos graduemos, nos gusta mucho, queremos ser ingenieros, acá estamos entendiendo bastante”

Juan Fernando Salazar y Jefferson Farley Arango, estudiantes de noveno de la I. E. Institución Educativa Lusitania Paz de Colombia, en San Cristóbal, ya tienen claro que quieren dedicarse a la tecnología. El acercamiento de Johan Alexis Ríos al mundo de la programación lo sorprendió: “Los códigos eran como otro idioma y nos podíamos comunicar con el HaloCode que era como un ser de otro planeta”, dijo. Henry Ruiz, Juan José Correa y Briseth Marín encontraron en la huerta de su colegio -y de sus propias casas- el lugar perfecto para seguir curioseando y profundizando su interés por la programación.

¿De dónde surgió esto? De su participación en el programa Huertas escolares, parte de los Pilotos de Inspiración de Talento TI, en los que Ruta N, la Universidad de los Niños de EAFIT y tres Instituciones Educativas de Santa Elena y San Cristóbal, de Medellín nos unimos con un propósito: despertar en niños y niñas el interés por las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial, mientras fortalecíamos la cultura campesina de cada corregimiento.

A través de preguntas, juegos, conversaciones y experimentación, los y las estudiantes se plantearon preguntas que partieron desde saber qué necesitan las plantas para crecer cómo diseñar una huerta, y llegaron hasta pensar en cómo pueden entenderse las máquinas y las plantas y desenredar la idea de una huerta automatizada.

Porque así como en la naturaleza las especies vegetales se comunican y actúan gracias a una gran red micelial, en la tecnología encontramos una red muy similar: la Internet. Con eso en mente, 150 estudiantes y más de 20 profesores y profesoras, acompañados por mentores y mentoras expertas, se embarcaron en la creación -desde cero- de huertas automatizadas. Sus aliadas: la albahaca genovesa, la cebolla junca, el rábano rojo (y más de 30 especies de plantas), junto con la economía circular, el análisis y visualización de datos, el Internet de las Cosas, el Agrotech, la Automatización Robótica de Procesos y el aprendizaje de terminología en inglés de todas estas tecnologías y corrientes. 

“Hay una desvalorización del trabajo de la tierra y desinterés de los jóvenes por continuar con este gran legado, así que el vincular el trabajo agrícola con la tecnología puede ser una posibilidad para que los estudiantes se interesen en aprender sobre estos temas, además, conozcan cómo la tecnología puede fortalecer los procesos agrónomos”, expresó Andrés Monsalve, profesor  de la I. E. Presbítero Juan J. Escobar.

Tanto estudiantes como docentes se apropiaron de las huertas escolares como de un laboratorio para explorar, al mismo tiempo, diferentes áreas del conocimiento. Y para reafirmar la idea de que la tecnología, lejos de alejar a la humanidad de la naturaleza, puede ayudarnos a reencontrarnos.

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